Seducida y embrujada por la zona vella de Santiago
Cada vez estoy más enamorada de la zona vella de Santiago, me encanta pasear por sus calles empedradas, cada uno de sus rincones desprende paz y tranquilidad, tiene algo que seduce y embruja a todos los que tenemos la inmesa suerte de poderla disfrutar y sentir en cualquier momento del año. Por el día llena de coches y camionetas descargando mercancía, la gente con su devenir del día a día, los turistas y peregrinos admirando su belleza, la catedral con sus puertas abiertas saliendo y entrando gente sin parar...y al caer la tarde, música por cada esquina, lo mismo te puedes encontrar a pedazo de artistas cantando ópera bajo los soportales, que una pequeña filarmónica tocando piezas increibles, o violinistas y jazz al más estilo Missisipi, que magos o payasos haciendo reir a la gente que miran sonrientes y disfrutan del espectáculo sentadas en cualquiera de las escaleras... Y cuando llega la noche, esa hora meiga donde se confunden las luces con estallidos de música y olores, con el murmullo de gente... y a lo lejos ante la inmensidad de la fachada de la catedral los tunos seduciendo a cualquiera que los quiera escuchar con sus canciones de amor. Realmente me siento privilegiada.
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