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TERREMOTO_61

Un macabro sueño que por desgracia se hizo realidad...

   Me da auténtico pánico el ver cómo cada día que pasa se dan más casos de actos vandálicos y muertes cuyos autores son menores, amparados por ésta ley que los protege por el simple hecho de tener menos de 18 años.

   Contínuamente estamos viendo agresiones brutales en los colegios e institutos que luego son colgado en internet, como quien ha hecho algo grandioso digno de ser visto y admirado por los demás, sin importar nada más, da lo mismo que sean a alumnos o profesores todo vale con tal de ser protagonistas de la noticia y tener los suficentes huevos de enseñarlo ante el mundo.

   Hace 15 días asesinaron brutalmente a Mª Esther, una niña de 13 años, con toda la vida por delante y miles de sueños por cumplir, truncados por la mala suerte de tener como amigo a un psicópata asesino de 17 años, que su único sueño en la vida era secuestrar a una menor, violarla y después matarla reventándole la cara con una piedra, desgraciadamente lo cumplió con ella aunque no fuera completo ya que en principio según la policia no hubo abusos sexuales, pero si el resto, su cara fué destrozada por una piedra de 4 kg.

   No quiero ni pensar lo que ese angelito padeció, como tampoco puedo entender que alguien tenga la sangre fría de ir a manifestaciones y pedir ante las cámaras de los reporteros que encuentren al asesino y que le caiga todo el peso de la ley, habiendo sido él mismo quién perpetró tan brutal crimen con premeditación y alebosía, convivir con sus vecinos, con los amigos y sobre todo mirar a los ojos a esa familia que está destrozada y no inmutarse y mostrarse frio y calculador, jugando con los sentimientos y el dolor de los demás,  es algo que no me cabe en la cabeza ni comprenderé en la vida, que haya monstruos así.

  Pido que la ley del menor sea más dura y que en caso como éste y muchos otros de características similares, no cuente la edad sino la forma en que se ha cometido y que paguen con penas que estén en concordancia con el crimen por el que son juzgados.

  No quiero terminar sin darles mi más sentido pésame a los familiares y amigos de Mª Esther y desearles que tengan mucha fuerza y entereza para sobrellevar tan terrible pérdida, me uno a su dolor, porque si es triste escuchar una muerte inútil en manos de unos desalmados, aunque no la conozcas de nada, duele mucho más cuando se trata de seres indefensos e inocentes que jamás deberían sufrir y mucho menos morir de esa manera.

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