Nuestra vida en sus manos

 Cada vez que nos enfermamos no nos queda más remedio que ponernos en manos de los médicos, ellos son los que nos sanarán, bueno esa es su función, porque a veces, aunque gracias a dios las menos, nos encontramos con negligencias garrafales,que en el menor de los casos por decirlo de alguna manera, nos arruinan la vida o nos la quitan.
 
   Una mujer de 43 años, que después de muchos años intentando tener hijos, con varios abortos, con tratamientos incluídos que al final tuvieron que dejar porque eran demaseado caros y no los podían seguir costeando, desisten y se encuentra con que no está con la menopausia sino embarazada, me puedo imaginar ese día a día esperando el nacimiento de su bebé después de tanta espera, llegado el momento se va al hospital y la dicen que si que ha expulsado el tapón, pero que se vaya a casa hasta que tenga los dolores de parto, ella protesta porque vive a 70 km, pero eso de nada la sirve...resultado...un bebé muerto y unos padres destrozados por el dolor irreparable de su pérdida.
 
    Mi sobrino de 15 días casi no lo cuenta, porque una doctora le dijo a mi hermana que no pasaba nada por darle el pecho, aunque ella llevara años con tratamiento para la tiroides y que lo siguiera tomando mientras la lactancia...resultado...que Joel está vivo porque empezó a vomitar echando parte de lo que había tomado, cuando ingresó en el hospital tenía más 40 de glucosa y de fiebre, gracias a dios después de varias pruebas no ha adquirido la enfermedad y está sano y cada día más guapo.
 
  Pero la cuestión es, que nosotros estamos indefensos ante ellos y que nos ponemos en sus manos, y que si pasa algo se lavan las manos y entre ellos se tapan todo en el nombre del código y la ética.
 

 

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