Adolescencia inocente
En algùn blog leì, un pequeño homenaje que le hacìan al pick-up, o tocadiscos, como se le llamaba coloquialmente, y me ha venìdo a la memoria mi adolescencia, cuando tenìa yo unos 14 años y mi hermano mayor, trajo a casa uno rojo, precioso.
Èramos una pandilla enorme, de 5 chicas y unos 20 chicos, pero que no es la adolescencia de ahora, de aquella, yo ya trabajaba en una fàbrica y me levantaba a las 5.30 todos los dìas, para poder estar a las 7 en mi puesto de trabajo hasta las 3 que era la hora de salìda, ahì volvìa a ser una niña, que jugaba a hacer casitas con piedras y comiditas con azucar regaliz y pipas peladas, o jugàbamos al fùbol, a la cuerda, a la goma... hasta con muñecas... increible pero cierto. Hasta los 16 años no pisamos una churrerìa, lo màs parecìdo a un bar y aquello fuè el no va màs... jejeje, vamos le dices èsto a las adolescentes de ahora y se matan a reir, pero antes era asì. todo muy inocente.
Con esa edad, ya empiezas a medio tontear con los chicos, bueno antes tambièn, pero de otra manera....y como la ùnica que tenìa tocadiscos y discos de moda era yo, pues siempre nos las ingeniàbamos para colarnos en casa cuando sabìa que mis padres y hermanos no estaban.
La casa de mis padres tiene un pasillo largo con dos puertas, una de frente que da a la sala y otra a la izquierda que es la cocina, que èsta a su vez tiene otra puerta que va a dar a otro pasillo donde estàn las habitaciones, entonces el dìa que sabìa que mi abuela estaba sòla en casa, yo llegaba con mis amigasy entraban por la puerta de la sala, haciendo mucha bulla y entreteniendo a mi abuela, mientras yo por la puerta de la cocina, metia a los chicos hasta la habitaciòn de mi hermano, una vez dentro, nos ponìamos la mùsica a todo volumen y nos montàbamos nuestros guateques,eso si sanos y siempre con alguien vigilando por si venìa mi abuela, cosa que sucedìa alguna vez que otra,para decirme que bajara la mùsica que la estaba volviendo loca y allì estàbamos metièndolos a todos debajo de la cama en los armarios o detràs de la puerta, nunca nos pillaron, pero algùn que otro apuro pasamos. A la hora de marchar tocaba la operaciòn retorno, osea que mucha bulla alrededor de mi abuela, todas hablando alto y al mismo tiempo y los otros tomando las de Villadiego, por la puerta de atràs y corriendo escaleras abajo....
6 comentarios
Treinta y tantos -
Mi generación lo tuvo más fácil que la tuya y es probable que no lo sepamos valorar del todo, pero lo de estos niños de ahora es para alucinar. No soy capaz de imaginar qué será de ellos con 25 y 30 años.
JP -
Pobre abuela!! jaja
Saludos
An -
Toño -
oscar -
Chasky -